lunes, 3 de agosto de 2009

Negra sombra

Negra sombra es, primero, un poema desgarrador de Rosalía de Castro. Es también una maravillosa canción de Luz Casal y la banda sonora de la película Mar Adentro, una pequeña joya del cine español. Pero, sobre todo y desgraciadamente, es la que tenemos todos nosotros cada vez que ETA mata. Y es que el todo vale, el fin que justifica los medios y las ansias de llevar la razón de ese sector de asesinos que quieren, bajo cualquier medio, que les concedan lo que piden, lastran la historia de España, que no es peor que otras historias de otros países, pero que es la nuestra y por ello nos duele.

Estos días he oído, - con tristeza por qué no decirlo - que a los etarras había que matarlos a todos. Y me ha hecho reflexionar y afianzar mi idea de que "no se puede limpiar sangre con sangre". Oí esta frase hace muchos años y hay pocas cosas con las que esté más de acuerdo y pocas ideas que hayan permanecido intactas durante tantos años en mi escala de principios. No. La vida es igual para todos y el derecho a tenerla también. El ente estatal no puede entrar a valorar si mi vida es mejor o peor que la de un asesino y por ello está justificado que acaben con ella. No. Las vidas son iguales. Si un policía mata a un asesino cuando debería haberlo detenido, al policía se le juzgará por asesinato y se pone al mismo nivel que aquel a quien debía detener para ser juzgado por el mal que ha hecho.

Es obvio que moralmente todo el mundo entiende que a los familiares de las víctimas -de las de ETA y de muchas otras de otros delitos- les entren ganas de coger un rifle y... Pero una cosa es eso y otra muy diferente pretender que vuelva a España la pena de muerte. Es complicado separar los sentimientos de lo que "debe ser" pero se debe hacer.

Parece fácil, pero no lo es.